Convento de San Bernardino de Siena. Al interior podrás admirar su retablo del siglo XVI y los murales que se encuentran en los pasillos de su claustro. El convento de San Bernardino de Siena fue fundado por la orden de los franciscanos durante el siglo XVI y fue pieza clave para la evangelización de los pueblos del sur del lago de México. La dirección y supervisión de los primeros trabajos de construcción estuvieron a cargo de fray Francisco de Soto, guardián del convento. Tiempo después quedó en manos de fray Juan de Gaona. El referido retablo es una joya del arte novohispano, el cual probablemente se terminó de construir en 1596, incluyendo el trabajo de pintura. La obra consta de trece metros de ancho, por casi veinte de altura. Ésta descansa sobre una predella y tiene cuatro cuerpos; así como siete tramos o calles y un remate central. Los cuatro cuerpos se encuentran de abajo hacia arriba. La progresión canónica de las órdenes arquitectónicas empieza con el orden dórico, luego jónico, luego y corintio y finaliza con el compuesto. La colocación de los santos en el retablo ayuda a entender el sentido o significado de la obra. En la predella se encuentran los doce apóstoles además de San Pablo y San Bernabé todos ellos constituyen los cimientos de la iglesia que a su vez sostienen a todo el retablo.
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