Para revivir la época de los franciscanos durante los siglos XVII, XVIII y XIX, visita el Ex Convento construido en 1627 ya que pasarás por los pasillos y celdas en donde eran recluidos. También podrás disfrutar del templo construido al Señor de Tepozán, santo patrono de los mineros. Dicen que ahí suceden cosas extrañas: se abren y cierran puertas, se apagan luces, e incluso se escuchan rezos y gritos de dolor de los franciscanos castigados. Construido a principios del siglo XVII, en las afueras de Real de Asientos, destaca por su portón de madera, sus capillas y frescos. Conserva las celdas donde vivían los monjes franciscanos; también tiene un museo con retablos, reliquias e instrumentos autóctonos. El templo alberga una milagrosa representación del Señor del Tepozán, patrono de los mineros, encontrada junto a un árbol de Tepozán sobre el cual se erigió el altar y el santuario. Otra Belleza para admirar es la hacienda del Tepozán, su nombre proviene del árbol llamado "tepozán" que crece en esa región minera. Cuenta actualmente con un museo en donde se exponen artículos religiosos pertenecientes a la historia de Tepozán.