Declarado Parque Nacional desde 1938, estos espectaculares bosques son ideales para realizar actividades al aire libre. En su extensión de más de 45 hectáreas podrás hacer largas caminatas a través de sus espesos bosques de coníferas, escalar los casi 4,500 metros del volcán e incluso hospedarte en algunas de las cabañas de la zona o acampar. Es ideal para estar en contacto con la naturaleza, respirar aire puro y pasar un agradable día. Este lugar fue declarado Parque Nacional el 6 de octubre de 1938, con un área protegida de 45,711 hectáreas.
Rodeado de vegetación boscosa, un camino te conducirá hasta el primer albergue en las faldas de este extinto volcán, llamado por los indígenas prehispánicos Matlalcuéye "la de enaguas azules"; también es posible llegar a este escenario natural por otros caminos de terracería que ascienden desde algunas pequeñas poblaciones a las faldas del volcán. La mayor parte de esta superficie está cubierta por bosques de coníferas donde abundan pinos, encinos y zacatonales alpinos; aquí habitan más de 100 especies de mamíferos, aves y reptiles, de las cuales 16 son endémicas del Eje Neovolcánico, como el raro teporingo. En cuanto a la flora, hay 6 especies de pinos y 120 de plantas con flores que adornan los senderos. Entre sus atractivos está la cima, la barranca de San Juan y el antiguo cráter que muestra huellas del periodo glaciar.Read +