San Miguel de Allende es una belleza colonial. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008 y fue también una importante parada en la ruta de la plata entre Zacatecas y la Ciudad de México.
De este tamaño es San Miguel de Allende. Edificios del siglo XVII y XVIII en muy buen estado conforman su inigualable Centro Histórico que, entre sus estrechas calles empedradas, patios arbolados, sus galantes detalles arquitectónicos y lujosos interiores, forman una de las ciudades más hermosas de México.
San Miguel de Allende junto al aledaño Santuario de Jesús de Atotonilco, también Patrimonio Mundial de la Humanidad, son la más clara expresión de la evolución de diferentes tendencias y estilos en arquitectura religiosa y arquitectura civil desde el barroco hasta el neogótico de finales del siglo XIX.
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Visitar la parroquia de San Miguel Arcángel, ícono de la ciudad. Su construcción data de finales del siglo XVII y estamos seguros que su fachada de estilo neogótico no pasará desapercibida ante tus ojos. Recorre el famoso mercado de artesanías en el Andador Lucas Balderas y déjate conquistar por una (o varias) de las artesanías elaboradas en latón y lámina natural, cobrizada y decorada que artesanos mexicanos crearon para beneplácito de nuestras miradas.
Descubre el lado más salvaje de San Miguel de Allende en el Cañón de los Coyotes. Una especie de viejo oeste mexicano con cañadas, laderas, lagos, ríos, cactus y animales de carga. Se encuentra cerca de la zona arqueológica de Cañada de la Virgen, a 20 minutos del centro de la ciudad. Aquí puedes sentir la adrenalina de montar un caballo de más de 500 kilos, no te apures si no has montado, un guía te ofrece un curso básico relámpago de cabalgata.
Invoca al chef que llevas dentro y prepárate a disfrutar de la gastronomía de San Miguel de Allende, que, al ser un lugar de paso, se dejó contagiar por los ingredientes y las técnicas de las ciudades aledañas, como Guanajuato capital, Zacatecas y Querétaro.
Te recomendamos el restaurante Andanza, en el hotel Casa de Sierra Nevada. El restaurante celebra ingredientes e influencias Mexicanas, y añade toques modernos a su comida y espacio. Ofrece platillos como dobladitas de camarón con huitlacoche y chaya, deliciosos ravioles de carnitas de lechón, o una increíble ensalada de pollo, sandía, chile manzano, cebollitas y una pizca de sal de mar.
Dentro de sus fiestas anuales sobresale el Festival de la Música Barroca. Cada año, en el mes de marzo, por casi una semana los espacios históricos y culturales se llenan con los sonidos de la música clásica producidos por grupos y solistas de renombre internacional que ofrecen conciertos en distintos lugares seleccionados por su belleza y la calidad de su acústica.
Actividades para hacer
Paseo en tranvía, mirador, arte y cultura, spa, gastronomía, cabalgatas, rappel, cuatrimotos, bodas, caminatas guiadas, arquitectura.
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