Más como una laguna a falta de grandes mareas y oleaje, te puedes adentrar hasta 500 metros para contemplar los tonos entre verde y turquesa de sus aguas o los peces que nadan a tu alrededor. También está la réplica del “Hongo de Balandra”, una roca que adoptó esa forma debido a la erosión. La original fue derribada por unos turistas. Poco antes de llegar al muelle de la ciudad de La Paz, hay un camino que lleva a Puerto Balandra, paraíso de buceadores con equipo o simplemente con visor y esnórquel. Hay una línea rocosa que limita la playa y luego una serie de cavernas y arcos de piedra, formaciones muy curiosas que componen un esplendoroso fondo submarino. En los esteros abundan los bancos de atún, barrilete, lisa, sierra, barracuda, cazón y tiburón verde, así como las ostras perleras. La principal atracción en el puerto es bucear, acampar, nadar, remar, velear y pescar.