Muy cerca de Pahuatlán se encuentra esta comunidad de otomíes que ha captado el interés turístico por su elaboración de figuras en papel amate que se usan para fines rituales. La producción del papel amate es de origen prehispánico y se ha transmitido de generación en generación desde hace siglos. Todavía se hace con fines ceremoniales como ofrenda y representación de los dioses. Sin embargo, actualmente el restante se vende al exterior o se usa como insumo para crear otras artesanías. Sincretismo, ideología, cosmovisión: elementos presentes pero ocultos que se encarnan y dan vida a un pueblo a través de la producción de amate. Una mención especial merece la producción del papel amate, el cual se fabrica con la corteza del árbol llamado jonote y que en sus orígenes prehispánicos tuvo una función ceremonial, ritual y política. El papel amate es un claro ejemplo de la trasformación que hombres y mujeres han hecho de la naturaleza; la necesidad y la imaginación los llevaron a descubrir las grandes cualidades y propiedades de todo lo que los rodeaba. La elaboración de papel amate de San Pablito Pahuatlán, se remota a las culturas prehispánicas y es evidencia de los relieves, códices y crónicas. Como materia prima tuvo varias funciones, se destino para rituales en la confección de insignias, banderas, ropas y atavíos para los dioses y sacerdotes. También se empleo para elaborar pinturas –códices- y murales, además junto con el copal y el hule, fue un elemento principal en las ofrendas
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